Asuntos Públicos

Los fondos NextGenUE, una oportunidad para el despegue de la infraestructura 5G

9 de septiembre de 2021 Por Alfonso Gabarrón

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La llegada de los fondos de recuperación y la puesta en marcha del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia supone un gran impulso para multitud de sectores, especialmente todo lo relacionado con la digitalización, que se llevará un 36,4% del total de los fondos, más de 25.000 millones de €. Dentro de este apartado, el principal componente en el que se han dispuesto las reformas e inversiones sobre conectividad ha sido el Componente 15, con casi 4.000 millones de presupuesto y con puntas de lanza como la reforma de la Ley General de Telecomunicaciones, la hoja de ruta del 5G, o el despliegue de redes y aumento de conectividad.

De las allí planteadas ya están en marcha algunas de las reformas, como la nueva Ley General de Telecomunicaciones, que se espera que entre al Congreso antes de que termine el año (a pesar de llevar casi dos años de retraso), o la adjudicación de frecuencias para el 5G. Todo siguiendo el contexto normativo europeo con la aprobación del Código Europeo de Comunicaciones Electrónicas (CECE) a finales de 2018.

Aunque con cierto retraso, las reformas siguen buen camino. Sin embargo, desde el lado de las inversiones, aún hay mucho pendiente. Es cierto que alguna de las convocatorias previstas ya han sido publicadas, como la que se ha hecho en julio referente al despliegue de la Banda Ancha; pero siguen pendientes varias partidas de financiación comprometida para este 2021 -especialmente en 5G-, debido en gran manera a que hay aún muchas dudas por resolver sobre cómo se han de articular estas convocatorias, tanto en nuestro país como en la Unión Europea.

A nivel europeo, debemos tomar en consideración que las ayudas dadas por los Estados siempre tienen que ser analizadas por los organismos de competencia de la Unión para garantizar que se cumple lo dispuesto en los artículos 107 y 108 del Tratado de la UE. Sin embargo, para evitar la excesiva burocracia y agilizar las ayudas, existe un marco de exenciones (regulado en el GBER o Reglamento General de Exención de Bloques) para ciertas ayudas consideradas como proclives a distorsionar la competencia, y que los Estados pueden otorgar sin notificación previa. Con la vista puesta en la importancia del despliegue de 5G en los planes de recuperación de los Estados miembros, la Comisión realizó una modificación del GBER en julio de este año en la que introducía un apartado únicamente centrado en despliegues de infraestructura pasiva para 5G, pero con ciertas peculiaridades: limitaciones en cuantía, limitación a despliegues donde no hay más que 3G, prohibición del uso para cubrir las obligaciones de cobertura, o acceso mediante precio regulado durante los próximos 7 años.

“En España, un 96,2% de los usuarios estaban cubiertos por una red 4G en 2016”

Cabe recordar que, en España, según datos de la CNMC, en 2016 un 96,2% de los usuarios estaban cubiertos por una red 4G, por lo que el escenario para poder optar por el modelo desarrollado en el GBER es, desde el punto de partida, escasamente aplicable al modelo español. Sin embargo, el GBER tampoco es el fin del camino para poder otorgar las ayudas. ¿Cómo puede afrontar el Gobierno español esta situación? Simple, saliendo del marco del GBER y notificando a la Comisión las convocatorias que lance.

El proceso no es complejo, prácticamente todas las convocatorias realizadas por el Gobierno español en telecomunicaciones han ido por esta vía, aunque puede impactar retrasando un par de meses el lanzamiento de las convocatorias (lo que dure el proceso de notificación) y restando una seguridad que sí que se tiene por la vía GBER. Recordemos que la ayuda tendrá que ser estudiada y aprobada por los organismos de competencia, y podría darse el caso de que decayera en algún punto del proceso.

¿Cuál es el mayor miedo en este sentido? Dentro del marco de ayudas de la Unión siempre se consideran varios parámetros que las ayudas deben cumplir, siendo uno de ellos el llamado “step change” o “avance relevante” frente al estado del arte actual. Hasta ahora, la Comisión no ha sido clara en su postura sobre si el despliegue de redes 5G supone un avance suficientemente relevante frente al 4G, y más viendo cómo se ha establecido en el GBER el límite en el 3G para considerar adecuadas las ayudas. Si finalmente aceptarán el despliegue sobre 4G solo la Comisión lo sabe.

Infraestructuras pasivas y activas

El problema, además, se torna un poco más complejo. Anteriormente nos hemos referido a las infraestructuras pasivas cuando hablábamos del marco de exenciones que desarrollaba el GBER. Sin embargo, estas infraestructuras representan solo la mitad del equipamiento necesario para hacer un despliegue. En una estación de telecomunicaciones distinguimos entre las infraestructuras pasivas –aquellos elementos como la torre de hormigón en sí misma o los cables de fibra que la conectan- y las infraestructuras activas -las antenas como tal-. Sobre estas últimas no tenemos ninguna certeza. El GBER no ha establecido ninguna exención, y la Comisión hasta ahora ha sido reacia a otorgar ayudas para financiar estos equipos.

El puzzle a nivel europeo, como se puede ver, dista aún de estar completo respecto de la financiación del despliegue de esta tecnología. Quedará por analizar la futura modificación del GBER y de las directrices para el otorgamiento de ayudas que está preparando actualmente la Comisión, y que esperamos aporte algo más de luz en el marco europeo.

En el panorama nacional, la situación tampoco es sencilla. Adoleciendo aún de un marco consolidado para la gestión de los fondos NGEU, el Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital ha sacado una consulta pública sobre las bases de las futuras ayudas a la infraestructura pasiva en la que rescata alguna de las modificaciones introducidas en el GBER, pero con interpretación propia: ayudas para despliegues a partir de 4G no funcional y obligación de acceso mayorista por tiempo ilimitado con precio regulado.

De momento, la propuesta cuenta con escepticismo por parte de la industria. Veremos cómo afronta la Comisión la propuesta de ayudas que termine haciendo nuestro Gobierno. Por lo pronto, una difícil coyuntura para las ayudas del 5G en España. Esperemos que se resuelva pronto.

Por Alfonso Gabarrón

Executive Associate

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