Sostenibilidad

Promoviendo organizaciones resilientes a través de la gestión de los derechos humanos

28 de abril de 2022 Por Verónica García

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2022 viene marcado por un fuerte impulso de los asuntos sociales de la sostenibilidad. Los últimos desarrollos de la Comisión Europea en materia de debida diligencia en derechos humanos y divulgación no financiera son reflejo de ello.

Este escenario, crecientemente demandante, invita a las empresas a hacer una reflexión sobre qué es la gestión de los derechos humanos para ellas y repensar la sostenibilidad desde una perspectiva humanista.

Un escenario complejo, demandante y fragmentado

El 22 de febrero la Comisión Europea publicaba la tan esperada propuesta de directiva en debida diligencia en derechos humanos y medio ambiente (Corporate Sustainability Due Diligence, CSDD). Esta nueva regulación busca acabar con la fragmentación regulatoria a nivel europeo y avanzar hacia una mayor obligatoriedad de las responsabilidades de las empresas ante sus impactos negativos en los derechos humanos.

Este impulso se refuerza con la reciente presentación del informe final sobre Taxonomía Social elaborado por la Plataforma de Finanzas Sostenibles y cuya aplicación aportará valiosa información sobre el impacto social y en derechos humanos de las actividades a la hora de orientar los flujos de capital.

Además, recientemente ha tenido lugar un hecho clave en España con la presentación del Anteproyecto de ley de protección de los derechos humanos, sostenibilidad y debida diligencia en las actividades empresariales transnacionales. La iniciativa, impulsada por el Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030, busca implementar mecanismos de debida diligencia para la prevención, eliminación, mitigación y/o remediación de las violaciones de derechos humanos y daños al medio ambiente.

Este contexto supone una gran oportunidad para impulsar los temas sociales en la agenda de sostenibilidad. Aun así, existen importantes riesgos a los que es preciso atender y anticiparse desde las empresas como son:

  • Posible fragmentación por el gran número de marcos de reporting que están emergiendo tanto a nivel europeo como internacional
  • Limitaciones del alcance provocando que el impacto de las medidas no sea el esperado (Por ejemplo, las PYMES han quedado excluidas de las obligaciones de la CSDD)
  • “Ingeniería taxonómica” ante la falta de trazabilidad de los datos reportados y el riesgo de que las obligaciones de reporting se perciban como un fin en sí mismo y no como un medio para avanzar hacia una mejor gestión de las organizaciones

¿Qué se espera de las empresas?

El contexto actual invita a las empresas a una gestión más proactiva y estratégica de sus impactos en los derechos humanos, poniendo el foco en el impacto ocasionado en las personas y no en el negocio.

Hay una serie de elementos que las empresas deben tener en cuenta para avanzar en esa integración más estratégica:

  1. Identificar derechos emergentes. El derecho a disfrutar del aire limpio, a la movilidad, o a la nutrición saludable van más allá de los derechos tradicionalmente considerados y son aspectos donde las empresas pueden impactar significativamente. Por ello, es importante ampliar el espectro de derechos para integrar una mirada más holística que integre nuevos elementos
  2. Trascender la legislación para evitar que las nuevas obligaciones se perciban como un mero check list, desarrollando planes de acción integrados en la estrategia global de compañía
  3. Diseñar un sistema propio de identificación de riesgos, alineado con los sistemas ya existentes en la organización, que asegure que los intereses, necesidades y expectativas de las partes interesadas se integran en el proceso y son considerados a la hora de perfeccionar los mecanismos de debida diligencia

Este enfoque permitirá estar preparado para futuras exigencias que puedan derivarse de la regulación europea y nacional, así como poner los esfuerzos en los grupos con mayor riesgo de verse afectados por las actividades. En definitiva, lograr la implementación de procedimientos de debida diligencia efectivos.

La necesidad de anticiparse

Las obligaciones regulatorias para las empresas en materia de debida diligencia en derechos humanos van en aumento, a lo que se suma la creciente atención de los grupos de interés hacia los temas sociales del enfoque ESG (Ambiental, Social y Buen Gobierno, por sus siglas en inglés).

Es importante que las empresas estén preparadas para responder a estos escenarios con el objetivo de integrar estratégicamente los derechos humanos, responder a las demandas de los grupos interés, diferenciarse de sus competidores y, en definitiva, ser organizaciones más resilientes y sostenibles.

Con el objetivo de dar respuesta a este contexto, el área de sostenibilidad de Kreab apoya a empresas y organizaciones a avanzar sus agendas de derechos humanos a través del desarrollo de procedimientos de debida diligencia, identificación y evaluación de riesgos e implementación de planes de actuación desde un enfoque estratégico.

Verónica García

Associate Director

Sostenibilidad

Por Verónica García

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