
Licencia Social para Operar: Más Allá del Cumplimiento, Hacia el Valor Compartido
13 de mayo de 2025 Por Lucía Guillén
El término «Licencia Social para Operar» (LSO) cobra relevancia en el contexto de la sostenibilidad donde las expectativas de transparencia y responsabilidad son cada vez mayores. Aunque es un concepto estratégico y determinante para la sostenibilidad y viabilidad a largo plazo de los proyectos, especialmente para industrias con alto impacto económico, ambiental y social, muchas empresas lo malinterpretan o carecen de guías claras para gestionarlo.
La LSO no es una licencia formal ni un trámite legal, sino un recurso intangible basado en la aceptación, confianza y apoyo de las comunidades locales y otros grupos de interés. Va más allá de cumplir con requisitos legales o satisfacer a los inversores: implica un compromiso proactivo, genuino y continuo, guiado por la creación de valor compartido.
Los retos de la Licencia Social para Operar son cada vez más comunes en distintos sectores. A través de un caso ficticio (cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia) a continuación te contamos cómo pueden surgir estos desafíos en la práctica y qué pueden hacer las empresas para responder ante ellos.
El caso
ElectraCell, una multinacional de baterías de iones de litio para vehículos eléctricos, anunció la construcción de una gigafactoría a las afueras de una ciudad española de tamaño medio. El ayuntamiento, interesado en promover un polo industrial verde, les facilitó los permisos administrativos. Agradecida y a fin de establecer una buena relación con el alcalde y la ciudad, la empresa firmó un acuerdo de donación para proyectos de infraestructura pública.
En la rueda de prensa que daba comienzo a la construcción de la planta ElectraCell destacó la inversión de 800 millones de euros, la creación de 2.000 empleos directos, la rápida obtención de los permisos legales y la contribución del donativo al ayuntamiento en beneficio de la ciudadanía. Con ello la empresa estaba segura de haber demostrado la legitimidad del proyecto y contar con el respaldo necesario.
No obstante, poco después surgieron protestas ciudadanas impulsadas por:
- Rumores y noticias alarmistas en medios locales que vinculaban la producción con litio, como materia tóxica, a riesgos para la salud y contaminación de aguas subterráneas.
- Desconfianza por la falta de transparencia y la percepción de que la empresa había pactado en secreto con el ayuntamiento.
- Temor de que, a falta de un plan concreto de contratación local, los empleos no beneficiaran a la población.
Una vez que el conflicto alcanzó repercusión nacional, ElectraCell adoptó una respuesta reactiva a la situación de crisis que se había originado. Organizó visitas privadas con autoridades locales para demostrar las medidas ambientales implementadas y emitió comunicados para desmentir los riesgos de salud y declarar su compromiso de priorizar la contratación local. Sin embargo, debido a que las preocupaciones e intereses de la comunidad solo se habían tenido en cuenta a posteriori para mitigar los efectos en la reputación de ElectraCell y además se trató de una respuesta unidireccional desde la empresa, las acciones no lograron apaciguar las protestas ni recuperar la confianza pública.
Errores Clave y Lecciones Aprendidas
- Legitimidad basada en licencias legales: ElectraCell creyó que obtener los permisos legales bastaba para legitimar y poner en marcha el proyecto. No llevaron a cabo un análisis profundo de las preocupaciones y expectativas de la comunidad local ni de las dinámicas políticas y sociales que podrían influir en la percepción del proyecto.
Lección: Es crucial comprender el entorno donde se desarrolla el proyecto para anticipar riesgos y oportunidades y considerar necesaria la legitimación social por parte de las comunidades locales.
- Consultar solo a los entes locales: La empresa centró su relación en las autoridades locales, dejando de lado a otros grupos de interés como los vecinos. Esto genera desconfianza, alimenta tensiones recurrentes y dificulta la construcción de relaciones duraderas con la comunidad.
Lección: La LSO exige crear espacios de comunicación abierta e inclusiva donde todos los actores relevantes puedan expresar sus preocupaciones y ser escuchados.
- Subestimar el impacto en entornos urbanos: ElectraCell supuso erróneamente que, al estar a las afueras de una ciudad, el proyecto tendría un impacto menos directo en la comunidad y generaría menos oposición.
Lección: La LSO no es exclusiva de áreas rurales; cualquier proyecto con impacto significativo requiere un enfoque sensible al contexto local, independientemente de su ubicación.
- Ocultar información sensible: Por temor a provocar rechazo, la empresa evitó compartir detalles sobre los posibles impactos ambientales y las medidas de mitigación.
Lección: La transparencia es fundamental. Proporcionar información clara y honesta desde el principio ayuda a disipar temores, aclarar malentendidos y fortalecer la confianza.
- Contribución simbólica insuficiente: Aunque la donación al ayuntamiento fue un gesto positivo, no respondió a las inquietudes reales de la comunidad. Además, se percibió como una estrategia superficial para compensar los impactos del proyecto sin un compromiso genuino de adaptación a las necesidades locales.
Lección: Es fundamental diseñar iniciativas concretas que reflejen las prioridades y demandas de la comunidad.
- Respuesta tardía y reactiva: La empresa actuó únicamente cuando las protestas escalaron a nivel nacional. Esta reacción fue vista como una estrategia defensiva en lugar de un compromiso auténtico con la comunidad. Además, se trató la obtención de la LSO como un objetivo puntual en respuesta a la crisis, sin visión a largo plazo.
Lección: Es esencial ser proactivo e involucrar a los grupos de interés desde las fases iniciales del proyecto y comprender que la LSO es un compromiso dinámico a largo plazo. Conservarla requiere un esfuerzo continuo de evaluación permanente de los impactos del proyecto y adaptación a las necesidades cambiantes de la comunidad.
Como refleja este caso ficticio, la LSO es un elemento estratégico capaz de transformar las relaciones entre las empresas y las comunidades locales. Su correcta gestión basada en la confianza y el beneficio mutuo no solo permite anticipar y mitigar conflictos, sino también establecer vínculos con los grupos de interés de manera sostenida. Si te interesa profundizar en cómo abordar estos desafíos, desde Kreab hemos desarrollado el informe “Licencia Social para Operar: Creando valor compartido con las comunidades” (2025), que presenta una metodología detallada para su implementación y ejemplos prácticos en distintos sectores.