Un Green Deal europeo de velocidad lenta tras una COP25 insuficiente
13 de diciembre de 2019 Por Alberto Muelas
Quedan menos de dos semanas para terminar el año y es tiempo, por tanto, de reflexión y nuevos propósitos. La nueva Comisión Europea no ha sido excepción. Y sus propósitos no son muy diferentes a los del común de los mortales: dejar de fumar (mejorar la calidad del aire que respiramos), comer mejor (mejorar la industria agroalimentaria) o reciclar más (fomentar la economía circular). En el caso de la Comisión Europea, quedan recogidos en un documento presentado esta semana de 24 páginas titulado “The European Green Deal” (disponible en este enlace).
Debemos reconocer una cosa a la Comisión Europea: sus propósitos son ambiciosos, y están cargados de buenas intenciones. Como reconoce el propio documento, solo son alcanzables con el esfuerzo conjunto de todos los Estados miembros y, en algunos casos, de toda la comunidad internacional. Destacamos dos frases del documento:
- “All EU actions and policies will have to contribute to the European Green Deal objectives”
- “…to put sustainability and the well-being of citizens at the centre of economic policy,…”
Es decir, no habrá políticas al margen del Green Deal, y este determinará la gestión económica de la Unión.
La iniciativa comunitaria llega justo para la clausura de una COP25 que nos ha sabido a poco. La Conferencia ha hecho honor al lema que la presidía (“Time for Action”) con mucha acción, pero pocos resultados. La actividad de la Zona Azul y de la Zona Verde ha sido vertiginosa y la implicación de todos los agentes ha sido ejemplar, pero las negociaciones no han conseguido los resultados deseados.
El aumento de los compromisos de reducción (las llamadas “National Determined Contributions”) se ha dejado para el año que viene. Y la negociación en torno a los enfoques cooperativos para la mitigación del cambio climático que recoge el artículo 6 del Acuerdo de París ha sido “dolorosa”. Sin pretender menospreciar los avances conseguidos -especialmente en cuando a compromisos privados de empresas y, particularmente, en el sector financiero-, podemos afirmar que la COP25 se suma a la tradición establecida en las 24 conferencias anteriores: el año que viene tiene que ser clave. Un lema adecuado para la COP26, que se celebrará en la ciudad escocesa de Glasgow, podría ser “Time for Results”.
A pesar de esto, el EU Green Deal lo reconoce abiertamente: Europa quiere liderar la lucha contra el cambio climático y encabezar la transición de la economía mundial hacia un modelo limpio y justo. Para ello, el documento contempla más de 35 iniciativas en (me atrevo a decir) todos los ámbitos de la gestión de la UE, que deberán concretarse en los próximos años.
Este es un resumen de las iniciativas anunciadas más destacadas, por orden de aparición. Me tomo la libertad de marcar en negrita las que, a mi juicio, van a tener más impacto:
- Primera Ley Climática en marzo de 2020.
- Plan para incrementar en verano de 2020 los objetivos de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero hasta, al menos, el 50% respecto al año base de 1990.
- Revisión de todos los instrumentos relacionados con el clima para junio de 2021, incluido el sistema de comercio de emisiones (ETS).
- Propuesta de mecanismo de ajuste para reducir el riesgo de “fugas de carbono” (deslocalización de actividades a países menos exigentes).
- Nueva estrategia de adaptación al cambio climático más ambiciosa.
- Revisión de la legislación sobre energía para junio de 2021.
- Propuesta de medidas para la integración inteligente de energías renovables y soluciones de eficiencia energética en todos los sectores, a mediados de 2020.
- Guía para ayudar a los países miembro en materia de pobreza energética
- Publicación de una estrategia industrial de la UE en marzo de 2020 que se ocupará de la transformación verde y digital.
- Plan de acción de economía circular, que incluirá una política sobre productos sostenibles.
- Requisitos para asegurar que todo el packaging de la UE es reusable o reciclable y económicamente viable para 2030.
- Legislación en 2020 para asegurar una cadena de valor para las baterías (incluidas las de vehículos eléctricos) es segura, circular y sostenible.
- La Comisión explorará medidas para asegurar que tecnologías como la inteligencia artificial, el 5G, el cloud y edge computing, y el internet of things pueden acelerar y maximizar el impacto de las políticas para combatir el cambio climático.
- Reforzar la legislación relacionada con el rendimiento energético de los edificios, empezando por una evaluación de las estrategias nacionales en 2020.
- Revisión de la regulación de los productos de construcción.
- Propuesta para incrementar la capacidad del ferrocarril y las vías navegables interiores en 2021.
- Revisión de la Directiva de Transporte Combinado.
- Apoyo al desarrollo de sistemas inteligentes de gestión del tráfico a través de instrumentos de financiación como Connected Europe Facility.
- Revisión de la Directiva de Impuestos a la Energía.
- Nueva convocatoria de financiación para la implementación de puntos de recarga públicos.
- Revisión de la Directiva de Infraestructura de Combustibles Alternativos.
- Propuesta de estándares más restrictivos de emisiones para vehículos para junio de 2021.
- Estrategia “Farm-to-Fork” (de la granja al tenedor) para primavera de 2020.
- Estrategia de biodiversidad para marzo de 2020, seguida de un plan de acción en 2021.
- Estrategia forestal de la UE.
- Adopción en 2021 de un plan de acción para la polución del aire, agua y la tierra.
- Revisión de los estándares de calidad del aire para alinearlos con las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
- Plan de Inversión Sostenible Europeo.
- Revisión del papel de los Fondos de Modernización e Innovación.
- Proposición de un Mecanismo de Transición Justa, incluido un Fondo de Transición Justa.
- Renovación de la estrategia de finanzas sostenibles en el tercer trimestre de 2020.
- Revisión de la Directiva de Información no-financiera, para mejorar el tratamiento de los datos medioambientales.
- Revisión del marco de gobierno económico europeo.
- Mejora del gobierno fiscal de la UE.
- Impulsar reformas fiscales en los países miembros.
- Dirigir los fondos de Horizon Europe hacia soluciones para el clima.
- Pacto Europeo para el Clima en marzo de 2020.
Desde la oficina de KREAB en Bruselas han preparado una infografía que creo que lo sintetiza bien:
Fuente: https://twitter.com/AlexisGermon/status/1205224097464098816?s=08
El problema con todo esto será el ritmo en la toma de decisiones en la UE. En la medida en la que algunas directivas comenzarán a revisarse a mediados de 2021, y teniendo en cuenta los plazos de redacción, aprobación y transposición a la legislación nacional de los países miembros (solo la trasposición puede tardar hasta un máximo de 2 años), significa que, en algunos casos tendremos que esperar hasta 4 años para empezar a obtener resultados reales, con solo 6 años de antelación respecto al primer deadline fijado por la propia UE: 2030.
El nivel de ambición es positivo, pero debe ir acompañado de la velocidad adecuada. Y, para eso, es clave saber conjugar la voluntad y esfuerzos de todos los países miembros. Al fin y al cabo, en el ámbito individual no vale con decir que vas a dejar de fumar dentro de 4 años. Los acuerdos verdes, como los propósitos, cuanto antes, mejor.