
El dolor crónico constituye un factor de impacto considerable tanto en términos socioeconómicos como de salud a nivel mundial, representando el 3,0% del PIB global. Esta condición interfiere significativamente con las actividades diarias, el estado de ánimo, el sueño y la capacidad de trabajar y participar en actividades sociales. Varios estudios han demostrado que el dolor crónico puede tener múltiples causas biológicas, psicológicas y ambientales, cuya prevalencia varía según factores socioculturales y sistemas de salud de cada país.
La Fundación Grünenthal, en colaboración con el Observatorio del Dolor de la Universidad de Cádiz, realizó un estudio titulado «Barómetro del dolor crónico en España 2022» con el objetivo de analizar la prevalencia, el impacto socioeconómico y las perspectivas de tratamiento del dolor crónico en España. El análisis reveló que el 25,9% de la población adulta en España sufre de dolor crónico, con una mayor prevalencia en mujeres y una edad promedio de 51,5 años.
A pesar de los avances en la investigación, el dolor crónico sigue siendo un desafío complejo debido a su naturaleza subjetiva y multifactorial. Por esta razón, en 2023, la Fundación Grünenthal ha llevado a cabo, en colaboración con KREAB, un estudio econométrico para mejorar la comprensión del impacto social y económico que el dolor crónico, en sus distintas formas, puede generar.
CASO DE ESTUDIO
A partir de los datos recopilados en 2022 por la propia Fundación mediante un estudio demoscópico a escala nacional se ha desarrollado un modelo matemático para la cuantificación de los efectos del dolor sobre el bienestar.
Los tres principales objetivos eran:
- Analizar el impacto del dolor crónico en el bienestar individual a través de un modelo econométrico que permita cuantificar cómo los diferentes niveles de intensidad y causas del dolor alteran la calidad de vida de las personas.
- Determinar el valor económico del cambio en el bienestar de los individuos que padecen dolor crónico.
- Estimar la carga económica que el dolor crónico representa para la sociedad española en su conjunto.
El objetivo principal es ofrecer una comprensión más profunda de los costes asociados a esta condición y ayudar a identificar áreas donde se puedan desarrollar e implementar políticas que aborden de manera efectiva el impacto del dolor crónico y mejoren la calidad de vida de quienes lo padecen. Los resultados de la principal estimación econométrica han sido resumidos en el siguiente gráfico.
Según los resultados del estudio, la variación en el bienestar individual causada por el dolor crónico tiene un valor anual medio de 13.303,38 euros. La intensidad del dolor crónico añade un impacto negativo adicional, con un excedente de compensación promedio de 5.581,01 euros para el dolor moderado y 34.617,64 euros para el dolor intenso. Esto implica que una persona con dolor crónico intenso experimenta una pérdida de bienestar equivalente a una renta anual de 47.921,02 euros. En términos agregados, el valor promedio del impacto del dolor crónico en la población adulta española asciende a 479.165 millones de euros al año, equivalente al 32,8% del PIB de 2023. Considerando la duración de las causas del dolor, el valor acumulado podría alcanzar 10,72 billones de euros, o 7,3 veces el PIB español de 2023. Estos datos subrayan la importancia del dolor crónico desde una perspectiva económica y social, afectando no solo a los individuos, sino también al sistema de salud, la productividad laboral y la calidad de vida en general.
PROXIMOS PASOS
En conclusión, aunque el estudio proporciona una visión detallada del impacto económico y social del dolor crónico, es crucial considerar otros aspectos en futuras investigaciones. Estos incluyen el impacto del dolor crónico en el desempeño laboral, que a su vez afecta el consumo, las prestaciones sociales y los impuestos pagados. Además, sería importante evaluar el impacto en los gastos sanitarios nacionales, destinados a mejorar la asistencia y los recursos del sistema sanitario para las personas con dolor crónico. Finalmente, se deberían considerar las implicaciones en el entorno de las personas afectadas, como la familia o la comunidad. Abordar estos aspectos permitirá una comprensión más integral del impacto del dolor crónico y ayudará a desarrollar estrategias más efectivas para su manejo y mitigación.