Sostenibilidad

Compromiso con la biodiversidad en clave ESG

28 de noviembre de 2022 Por Pilar Peregrin

Comparte

Email Facebook Linkedin Twitter

No solo nuestra supervivencia como especie está en juego, también el futuro de las empresas depende de la protección del capital natural, y así lo demuestran las cifras: casi la mitad del PIB asociado a las actividades económicas mundiales –algo más de 44 billones de dólares– depende de forma moderada o alta de la naturaleza. Por ello, el papel de las empresas privadas es fundamental.

Los riesgos asociados con la degradación del capital natural son cada vez más mayores, por lo que algunas organizaciones ya están desarrollando planes de acción para luchar contra la pérdida de biodiversidad y la degradación ambiental.

La Alianza Financiera de Capital Natural lanzó, en colaboración con la ONU, el módulo de biodiversidad “ENCORE” (Exploring Natural Capital Opportunities, Risks and Exposure), que permite a las instituciones financieras evaluar el grado de vinculación entre sus carteras y el riesgo de deterioro del medio ambiente y de extinción de especies. El módulo se centra principalmente en los sectores de la minería y la agricultura (dos de los más expuestos) para la integración de estos en sus modelos de gestión de riesgo existentes.

Grandes empresas del sector privado, como Amazon, Unilever o Nestlé, se han asociado con los gobiernos de Reino Unido, Noruega y Estados Unidos para establecer la coalición “LEAF” (Lowering Emissions by Accelerating Forest Finance). El objetivo del proyecto es la movilización de un fondo de mil millones de dólares con apoyo a la reducción de emisiones y la protección de los bosques tropicales.

Apple también dio a conocer el año pasado su fondo de restauración forestal de 200 millones de dólares, cuya finalidad es la eliminación de un millón de toneladas de CO2 anualmente, asegurando la generación de beneficios de los proyectos forestales en términos económicos para inversores. Esta medida, además, posiciona a la multinacional estadounidense en el buen camino hacia la consecución de su compromiso para 2030 de convertirse en una empresa con emisiones netas cero en sus actividades, cadenas de suministro y productos.

En la misma línea, fue el gobierno británico el que estableció a mediados de 2021 un compromiso para un futuro “positivo con la naturaleza”, en el que los proyectos de infraestructura de importancia nacional deberán brindar una ganancia neta en biodiversidad.

El gobierno español lanzaba a comienzos de año el Plan de Acción para un Mediterráneo Ejemplar 2030 como parte del compromiso de España con la Coalición de Alta Ambición por la Naturaleza y las Personas. El Plan constituye una apuesta por la protección del Mediterráneo en línea con el objetivo internacional “30×30”, cuya meta es la protección de un tercio de los océanos y la superficie terrestre del mundo.

Además de las numerosas buenas prácticas por parte de empresas y gobiernos por avanzar en la integración de la biodiversidad en sus agendas, los analistas ESG están dando un fuerte impulso a esta temática. Es el caso de Dow Jones Sustainability Index (DJSI), que ha incluido recientemente como requisito establece un compromiso de no desforestación entre las empresas evaluadas. Asimismo, el índice valora positivamente el establecimiento de indicadores para medir los avances en esta materia y ampliar el alcance de dicho compromiso.

Unido al impulso del mercado de capitales, la ola regulatoria en sostenibilidad también está teniendo su reflejo en los ecosistemas y la naturaleza. Es el ejemplo de la publicación de la Ley de Restauración de la Naturaleza por parte de la Comisión Europea en junio de 2022, cuyo objetivo es restaurar los ecosistemas dañados y que haya más naturaleza y biodiversidad tanto en las tierras agrícolas y forestales como el medio marino y los espacios urbanos.

Por último, merece especial atención la iniciativa del Grupo de Trabajo sobre Divulgaciones Financieras Relacionadas con la Naturaleza (o TNFD, por sus siglas en inglés) cuyo objetivo es respaldar un cambio en los flujos financieros mundiales, dirigiéndolos hacia resultados positivos para la naturaleza mediante un sistema basado en la ciencia e impulsado por el mercado. Este marco aportará información valiosa para inversores e instituciones financieras al integrar la biodiversidad como un factor clave de la inversión ESG.

Este contexto refleja la importancia de incorporar el valor del capital natural como elemento protagonista de las estrategias de sostenibilidad de las organizaciones para poder responder a los nuevos retos del entorno y generar un impacto ambiental positivo.

Pilar Peregrin

Associate

Sostenibilidad & Economics

Por Pilar Peregrin

Artículos relacionados