El papel de la Comunicación Financiera en las decisiones de inversión

“El mercado es como un péndulo que siempre oscila entre el optimismo insostenible (que hace que los activos sean demasiado caros) y el pesimismo injustificado (que hace que los activos sean demasiado baratos). El inversor inteligente es una persona realista, que vende a optimistas y compra a pesimistas”, apuntó Benjamin Graham, considerado uno de los mejores inversores de todos los tiempos.

Ese “optimismo insostenible” o “pesimismo injustificado”, ambos situados en los extremos de una amplia escala de grises, se ven irremediablemente afectados por la información disponible, la influencia del contexto, las emociones y diferentes sesgos que acaban definiendo el comportamiento inversor. En este sentido, la comunicación y, concretamente, la comunicación financiera juega un papel crucial en la relación entre una compañía y sus inversores, pero no olvidemos también a otros públicos objetivo que ejercen influencia en los inversores y que se ven también impactados por la comunicación, como son los asesores financieros, los líderes de opinión o los medios de comunicación. Y es que, la forma en que una empresa se comunica con sus inversores y accionistas puede afectar su percepción, confianza y, en última instancia, su decisión de invertir o mantener su inversión.

Y, ¿por qué la comunicación financiera es clave? ¿En qué medida influye en los inversores?

En primer lugar, los inversores valoran la transparencia. La comunicación financiera tiene como objetivo proporcionar información detallada sobre una compañía a todos sus grupos de interés y, por ende, una comunicación abierta y honesta sobre los resultados financieros de la empresa, los desafíos a los que se enfrenta y sus planes futuros ayuda a construir confianza. Así, vemos que cuando las empresas divulgan información financiera de manera oportuna y clara, los inversores son más propensos a confiar en la dirección de la empresa y en la integridad de sus operaciones. La transparencia en los informes y comunicaciones ayuda a comprender la salud financiera de la empresa, sus operaciones y su capacidad para generar ingresos y beneficios.

Por otro lado, los inversores se sirven de la información de las compañías para poder tomar decisiones informadas. Analizan los estados financieros, informes anuales y otros documentos clave para evaluar la solidez y la estabilidad de una empresa antes de decidirse a invertir en ella. Pero, ¿cómo distinguir la información adecuada entre el exceso de ruido y datos? En ocasiones, lo que puede decantar una decisión de inversión no es la cantidad de información disponible acerca de una compañía, sino la calidad de la misma. Por ello, una buena estrategia de comunicación financiera puede ser decisiva para garantizar la correcta comprensión de la propuesta de valor de una compañía, sus puntos diferenciales, fortalezas y riesgos.

Por todo lo anterior, si hay algo que los grupos de interés de una compañía y, por ende, sus inversores aprecian es una comunicación proactiva, receptiva y abierta. Esto implica proporcionar actualizaciones regulares sobre la operativa de la empresa, incluso si no hay noticias importantes y es que, mantener a los inversores informados sobre los desarrollos clave y los hitos alcanzados, así como dar respuesta a sus preguntas e inquietudes, ayuda a construir una relación sólida y a mantener la confianza.

Asimismo, la coherencia y consistencia de la información que se transmite son esenciales. Si hay cambios en la dirección estratégica o en la situación financiera de la empresa, es importante comunicarlos con claridad para evitar confusión y un excesivo ruido de mercado que acabe derivando en miedo a invertir o a mantener la inversión en el valor.

La comunicación financiera, adicionalmente, contribuye a la gestión de la imagen y a la reputación corporativa al transmitir estabilidad y responsabilidad, generando oportunidades clave para presentar la estrategia, el rendimiento financiero y otros aspectos importantes de la empresa. Las compañías que mantienen una comunicación sólida y transparente pueden influir positivamente en la percepción de sus públicos y a menudo son más atractivas para potenciales inversores, clientes y socios comerciales.

Por otro lado, una adecuada estrategia de comunicación financiera facilita a los inversores actuales y potenciales evaluar el rendimiento pasado, presente y futuro de una firma. Analizando información y estados financieros, así como proyecciones, los inversores o asesores pueden entender cómo la compañía ha manejado los desafíos en el pasado y cómo planea abordar los desafíos futuros. Asimismo, una estrategia de comunicación efectiva también implica gestionar las expectativas de los inversores.

Por último, no podemos obviar la gestión de riesgos y el manejo de crisis. La comunicación financiera también proporciona datos clave para identificar factores de riesgo ya sea financiero, como una deuda excesiva o falta de liquidez, o reputacional, y así tomar decisiones basadas en la evaluación de estos riesgos. Del mismo modo, en momentos de crisis o desafíos, la forma en que una empresa se comunica puede ser crucial. Una comunicación clara, cuidadosa y rápida puede ayudar a mitigar daños y restaurar la confianza de los inversores.

En resumen, la comunicación financiera es esencial para los inversores porque les proporciona la información necesaria para tomar decisiones informadas, gestionar riesgos, construir confianza y mantener relaciones sólidas con las empresas en las que están considerando invertir. La transparencia, la coherencia y la proactividad comunicativas son elementos clave que pueden influir significativamente en la percepción y la toma de decisiones de los inversores. De este modo, la comunicación financiera puede erigirse como balanza garante del equilibrio entre ese “optimismo insostenible” y el “pesimismo injustificado” que para Benjamin Graham mueven los mercados y las decisiones de inversión.