El mercado de las criptodivisas, marcado por el halving, nuevas regulaciones y más aprobaciones

2024 sigue dando buenas noticias a los inversores criptos con la aprobación por parte de la SEC americana de las ETFs Ether. Este respaldo adicional por parte del regulador indica que la adopción masiva, y más importante, del inversor institucional, continúa avanzando.

El mercado cripto ha mostrado durante los últimos meses resiliencia y un crecimiento sostenido, alcanzando un valor de mercado total de 2,47 billones de dólares en mayo de 2024. Este crecimiento ha estado impulsado por los anuncios de la SEC y las innovaciones en la tecnología blockchain, especialmente en redes de capa 2 como Polygon y Arbitrum. Sin embargo, es necesario echar un vistazo atrás a todos los acontecimientos recientes para ver cómo la incertidumbre y la volatilidad siguen teniendo un gran protagonismo, como suele ser habitual en mercados de rápido crecimiento.

Tras un 2023 extremadamente convulso, 2024 parecía prometedor para los inversores en criptomonedas y de Bitcoin en particular, con la vista puesta en el esperado halving, un hito que ocurre aproximadamente cada cuatro años y que reduce a la mitad la recompensa que los mineros reciben por añadir un nuevo bloque al sistema de blockchain.

El año comenzó con la Comisión de Valores y Bolsa de Estados Unidos (SEC) aprobando la inclusión y negociación de varias acciones de productos negociados en bolsa (ETP) de Bitcoin al contado. Esto, traducido, significaba la aprobación de 11 fondos cotizados (ETF) de Bitcoin. Aunque no era abiertamente un respaldo por parte del regulador norteamericano, sí que significaba un cambio en su tono hacia las criptodivisas a la vez que abría muchas posibilidades de cara al inversor institucional.

Inicialmente, la aprobación de los ETF de Bitcoin generó gran entusiasmo, anticipando que los inversores institucionales tendrían, por fin, vehículos regulados para entrar en el mundo cripto. Sin embargo, contra todo pronóstico, la reacción del mercado fue inesperada: la cotización de Bitcoin cayó un 1% en las primeras horas tras el anuncio, seguido de una serie de fluctuaciones de precios.

A pesar de las optimistas expectativas y la apertura del sector de forma regulada para los inversores institucionales, la criptomoneda no experimentó el crecimiento anticipado. Después de meses luchando por mantenerse por encima de los 40.000 dólares, generando incertidumbre y especulaciones sobre su futuro, Bitcoin reaccionó con fuerza a finales de febrero, sorprendiendo al mercado con una rápida subida que superó los 70.000 dólares, alcanzando máximos históricos a principios de marzo. Todo hace indicar que este “bull market” seguirá los próximos meses. Mirando hacia adelante, aunque no tan fuerte como esperado, los inversores institucionales siguen apostando por las criptomonedas.

En este contexto de volatilidad y transformación, el papel de la comunicación se vuelve fundamental. Las firmas de criptomonedas enfrentan el reto de construir y mantener la confianza en un ambiente donde la incertidumbre prevalece, exacerbada por eventos como el fraude de Sam Bankman-Fried (FTX) y el colapso de TerraLuna. La transparencia y la comunicación efectiva no son solo buenas prácticas; son esenciales para estar más cerca de los stakeholders y para manejar las percepciones en tiempos de crisis y cambio.

El flujo neto total en los fondos cotizados de Bitcoin indica que, aunque por debajo de las expectativas iniciales, aún existe un interés robusto, con más de 13.000 millones de dólares acumulados y una entrada diaria promedio de más de 200 millones de dólares desde su lanzamiento. Este apetito continuo, incluso tras alcanzar nuevos máximos históricos, sugiere un fuerte deseo de los inversores por opciones de inversión reguladas y transparentes en el mundo de las criptomonedas.

Este 2024 aún reserva el impacto de dos grandes eventos: el halving de Bitcoin, que tuvo lugar hace tan solo unos meses (y tras el cual vimos un incremento en el precio de Bitcoin de más del 3%, el cual sigue manteniendo a Bitcoin en niveles elevados, y la entrada en vigor en diciembre en Europa del Reglamento MiCa, que busca crear un marco regulatorio estable que dé seguridad jurídica y proteja a los inversores de criptoactivos. A estos dos hitos, se le ha sumado la aprobación de las ETFs de ethers al contado, por parte de la SEC.

En un entorno macroeconómico global que sigue siendo incierto, y con políticas monetarias que podrían influir significativamente en el mercado, la capacidad de comunicar eficazmente los riesgos y las oportunidades se convierte en una herramienta crucial para las firmas del sector. Esta comunicación debe ser coherente y transparente, asegurando que tanto los inversores nuevos como los existentes comprendan completamente el panorama y cómo pueden afectarles las fluctuaciones del mercado y las regulaciones.

El futuro del sector seguirá estando estrechamente ligado al de Bitcoin durante 2024 a la vez que se enfrentará a un escenario incierto y con expectativas mixtas. Un alto grado de volatilidad, combinado con incertidumbre a nivel de política monetaria generalizada, así como la reacción (y potencial incorporación del inversor institucional al sector) pinta un panorama complejo. Sin embargo, el sector es uno en constante movimiento, con innovación constante, cada vez más transparente y regulado, una tendencia que persistirá durante 2024. El mercado también está pendiente de conocer hasta qué punto apostará la gran banca española por los servicios relacionados con este segmento, si se limitarán a ofrecer custodia y compraventa de criptomonedas, y si habrá asociaciones con plataformas existentes.

En medio de este escenario, la comunicación juega un papel crucial no solo para navegar por la incertidumbre, sino también para capitalizar las oportunidades que están surgiendo. A lo largo de este año clave para Bitcoin y para todo el mercado cripto, una comunicación clara y directa tanto por parte del regulador como de las plataformas y de las compañías que apuesten por este segmento será fundamental para el futuro del sector.