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La gran desconexión: comunicación digital en tiempos de apagón

30 de abril de 2025 Por Noemi Martorell

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Este pasado lunes, 28 de abril de 2025, hemos vuelto a vivir un hito histórico. Durante casi doce horas, gran parte de la península ibérica, Portugal y zonas del sur de Francia han experimentado un apagón eléctrico y digital. Desde las 12 del mediodía hasta casi entrada la medianoche, se ha paralizado gran parte de la actividad económica, social y, por ende, digital. Sin energía, sin acceso a datos y con una conectividad limitada o nula en muchas regiones.

En cuestión de minutos se ha desatado el caos tecnológico: Google Maps ha dejado de ser accesible, interrumpiendo desplazamientos. Las aplicaciones de pago móvil, como Apple Pay y Google Pay, dejaron de funcionar, generando incertidumbre en la vida cotidiana. Y lo más evidente: WhatsApp y otras plataformas de mensajería, esenciales para nuestra comunicación, fueron inaccesibles.

El apagón nos ha recordado, de manera rotunda, lo que a menudo damos por sentado: nuestra vida digital depende de la electricidad. Y en su ausencia, nos hemos enfrentamos a un vacío inmediato en nuestras rutinas. Este «blackout» no ha sido un desafío técnico, sino también una lección sobre nuestra interconexión con la tecnología.

 

Redes sociales: actores fundamentales de esta situación

A pesar de que durante gran parte del día muchas zonas han quedado completamente incomunicadas, sin red ni cobertura, en cuanto ha comenzado a restablecerse la conexión, las redes sociales se han convertido en el principal canal de expresión, conexión, liberación y “consuelo colectivo”.

Plataformas como X han actuado como centro de seguimiento en tiempo real, mientras que en TikTok ha surgido una narrativa más emocional y creativa de todo lo que estaba sucediendo, con usuarios documentando su rutina sin luz o incluso «romantizando» la experiencia. Los memes no tardaron en aparecer, como una vía para gestionar colectivamente la incertidumbre, demostrando una vez más cómo las redes sociales se convierten en espacios donde el humor y la creatividad nos ayudan a lidiar con situaciones difíciles.

Cada plataforma ha adoptado un rol particular: X fue el canal informativo y de denuncia; TikTok, el refugio emocional; Instagram, una ventana a lo cotidiano; y LinkedIn, el espacio para reflexionar sobre nuestra dependencia digital.

Cambios en los calendarios editoriales

En este escenario, muchas marcas han decidido posponer sus comunicaciones previstas, especialmente aquellas vinculadas a lanzamientos y campañas. No solo por el descenso en el alcance, sino por una cuestión de tono: ha sido momento de observar, escuchar y entender.
Esta reacción evidencia el cambio y evolución de la comunicación digital, donde no todo son calendarios, sino que debemos dar un paso atrás y ver el contexto y la situación en la que nos encontramos.

 

El silencio institucional en redes

Mientras los ciudadanos buscaban respuestas, muchos canales oficiales han permanecido en silencio o han emitido mensajes poco claros. Este vacío de información oficial, y cierta descoordinación institucional, ha acentuado la ansiedad colectiva y ha dado espacio a los bulos.

Este hecho resalta la urgencia de contar con canales oficiales que estén siempre activos, coordinados y listos para responder en tiempo real, sobre todo en plataformas sociales. En momentos de crisis, la capacidad de comunicación puede fortalecer —o socavar— la confianza pública.

 

¿Qué hemos aprendido?

Más allá del apagón físico, la jornada del 28A ha sido una prueba de alto nivel para nuestros sistemas de comunicación. Podemos sacar algunas lecciones claras:

  • Las redes sociales no son solo canales, son infraestructuras críticas: las redes se han convertido en una herramienta esencial de comunicación.
  • La desinformación en situaciones de crisis es negativa, los bulos se propagan rápidamente. La verificación de hechos y una respuesta institucional coordinada son fundamentales para evitarlos.
  • La creatividad y la empatía son esenciales para comunicar en la incertidumbre. Las marcas deben optar por un enfoque empático y comprensivo.

 

El apagón nos recuerda algo fundamental: en momentos de crisis, la comunicación sigue siendo clave, no solo para informarnos, sino para mantenernos conectados y comprender lo que está sucediendo a nuestro alrededor.

Noemi Martorell

Executive Associate

Comunicación Digital

Por Noemi Martorell

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