Los retos de comunicar y educar en salud

En un mundo donde la información fluye a una velocidad vertiginosa y la conciencia sobre la salud se ha vuelto más importante que nunca, la industria farmacéutica, las sociedades científicas y las asociaciones de pacientes desempeñan un papel crucial a la hora de comunicar sus proyectos. La comunicación efectiva en el ámbito de la salud no solamente es esencial para la promoción de productos y servicios, sino también para educar en la prevención de enfermedades, concienciar para eliminar estigmas y tabúes, y gestionar en momentos de crisis sanitarias.

Esta tarea no está exenta de desafíos y todas las entidades se enfrentan a diferentes retos en un entorno en constante cambio. Según el último informe de Estrategia de Salud Pública emitido por el Ministerio de Sanidad, las áreas en las que se deben centrar los planes de comunicación en salud pasan por la promoción de entornos y de estilos de vida saludables, divulgación de resultados derivados de la investigación y recomendación de la participación poblacional en los programas de prevención y diagnóstico precoz, especialmente en aquellos relacionados con la vacunación y el cribado poblacional de cáncer.

Para cumplir con todas estas premisas en una sociedad cada vez más interconectada y con un flujo constante de noticias, la forma en que se comunica la información médica y de salud puede tener un impacto significativo en la toma de decisiones de las personas, su comprensión de los problemas de salud y, en última instancia, en su bienestar general. Es por ello que debemos explorar los desafíos que enfrenta la comunicación en salud y cómo el rigor, la didáctica y el lenguaje pueden ser claves para mejorar nuestra calidad de vida.

En primer lugar, para implementar una estrategia de comunicación eficaz es esencial conocer la normativa de la industria de la salud. En Europa, y especialmente en España, existe una regulación específica que es importante conocer para ser consciente de lo que verdaderamente se puede comunicar. Revisar la normativa sobre la promoción de servicios y productos de salud servirá para evitar daños reputacionales y posibles sanciones económicas, lo que subraya la importancia de estar constantemente actualizados en materia regulatoria.

Otro de los desafíos de la comunicación en el campo de la salud es la enorme corriente de desinformación que ha crecido con el paso de los años, especialmente en el contexto de las redes sociales con la difusión de noticias falsas. Para contrarrestar esta infoxicación y promover información basada en la evidencia científica, las empresas y entidades sanitarias deben trabajar de la mano con los profesionales médicos para que estos se conviertan también en fuente fiable de conocimiento y educar a la audiencia sobre la importancia de verificar la fuente de información.

Precisamente, la tecnología ha transformado la forma en que los medios, profesionales y empresas comunican en el ámbito de la salud. Las compañías ya se están adaptando a esta revolución digital, aprovechando las redes sociales, la telemedicina y otras herramientas digitales para llegar a audiencias más amplias, garantizando siempre la seguridad y la privacidad de los datos del paciente en un mundo cada vez más conectado. Según el Estudio de influencers de temática farmacéutica y conexión con su audiencia, TikTok se presenta como una ventana digital para profesionales farmacéuticos creadores de contenidos que han hallado una manera eficaz de divulgar conocimientos sobre la salud, materia de la que son expertos, contribuyendo a generar un aprendizaje muy positivo entre sus seguidores de una manera cercana y a través de información rigurosa en una época donde los bulos son constantes en el ámbito digital.

La relación entre los pacientes y los profesionales de la salud también está en constante evolución, por lo que saber comunicar en este contexto es otro de los retos a los que se enfrenta la industria. Los pacientes, sus familiares o cuidadores ahora tienen acceso a una gran cantidad de información en línea y participan activamente en la toma de decisiones sobre su salud. Las empresas deben adaptarse a esta nueva dinámica, fomentando la comunicación bidireccional y la participación del paciente en la toma de decisiones.

Estos desafíos crecientes se unen a una variable no menos importante que es la gestión de crisis de salud pública. Momentos de nuestra historia, como la pandemia de Covid-19, reflejan la importancia de estar preparados para gestionar una comunicación eficaz que demuestre que las instituciones tienen la capacidad de transmitir información clara y tranquilizadora, a la vez que se siguen las directrices de salud pública. La transparencia y honestidad forman parte de un plan de comunicación que debe estar preparado con antelación y en el que se incluyan los roles, responsabilidades, canales de comunicación y mensajes clave.

Por último, la educación y la formación deben formar parte de una comunicación efectiva en materia de salud. Una sociedad empoderada para tomar decisiones informadas sobre su bienestar contribuye a la prevención de enfermedades futuras, a un aumento del diagnóstico precoz y a la mejora de la calidad de vida. Por ello, la comunicación en salud debe manejar un lenguaje que se adapte a cada uno de los públicos a los que pretende dirigirse, así como ser comprensible y, por supuesto, cumpla con la ética y rigurosidad exigidas.

En resumen, los departamentos de comunicación de las instituciones, así como las consultoras y las agencias que trabajan en colaboración con ellas, desempeñan un papel fundamental en la promoción y gestión de la comunicación en el ámbito de la salud. Los retos a los que se enfrentan son inevitables en un entorno en constante evolución. Adaptarse a las nuevas regulaciones, luchar contra la desinformación, saber gestionar en situaciones de crisis y hacerlo de manera comprensible y transparente, capacita a las personas para tomar decisiones conscientes y mejorar su bienestar. Los profesionales de la salud, divulgadores y medios de comunicación tienen la responsabilidad de trabajar juntos para garantizar que la comunicación en salud sea efectiva y beneficiosa para todos.