Apología de la prevención de crisis en tiempos de COVID-19
31 de marzo de 2020 Por Francisco Calderón
En “Crisis, cómo reaccionan los países en momentos decisivos”, Jared Diamond define la crisis a partir de la etimología del sustantivo griego Krisis, entre cuyos significados se encuentra el de momento decisivo o momento de la verdad. La diferencia entre una incidencia más o menos grave y una crisis estriba en que, en una verdadera crisis, se experimenta un momento decisivo o punto de inflexión que cambia radicalmente las condiciones que se observaban antes de dicho momento y las que existen después.
En los últimos días hemos visto como varios debates geopolíticos, sociales, corporativos y comunicacionales que se venían dirimiendo empiezan a decantarse en uno u otro sentido ante la evidencia de una realidad nueva, dura y rotunda.
Se confirma que los núcleos de decisión están cambiando, desde el Atlántico hacía el Pacífico. El mantra sobre el inevitable trasvase de responsabilidad de los gobiernos a las corporaciones se ha frenado en seco y aflora con contundencia renovada la necesidad de un esquema de colaboración público-privado eficaz donde el control sigue perteneciendo a lo público. La gestión ética de las organizaciones se impone a la gestión estética o el marketing social malentendido. Y las empresas, que habían escrito mucho sobre propósito pero lo habían practicado menos, se tienen que mirar en el espejo de su promesa y demostrar coherencia si quieren seguir teniendo oportunidades de vinculación con sus públicos. En este sentido, es probable que, pasadas unas semanas, quizá unos meses, clientes y sociedad recuerden qué compañías han estado presentes y a la altura y cuáles se han puesto de perfil.
Asimismo, entre las devastadoras consecuencias de lo que estamos viviendo emerge una conclusión evidente, un momento de la verdad, un antes y un después: la construcción de un futuro más seguro y sostenible solo podrá asentarse sobre la base de la prevención para que determinados riesgos no se conviertan en incidentes que desencadenen crisis difíciles de superar.
De la gestión mediática a la prevención de riesgos
El propio J. Diamond publicaba recientemente, junto Nathan Wolfe, un artículo titulado “El próximo virus” en el que avanzan que esta no será la última gran epidemia. Según los autores, la génesis del Covid – 19 es similar a la del SARS de 2004 y la del MERS en 2012: los mercados asiáticos de animales salvajes utilizados como alimento o en la medicina tradicional. A su juicio, mientras esa realidad no se regule, mientras ese riesgo no se prevenga, las zoonosis (enfermedades de animales) que saltan de un portador animal a los humanos continuarán produciéndose y amplificándose para convertirse en epidemias.
En él ámbito de la gestión de la reputación, parece claro que terminará de imponerse un cambio que venía gestándose: pasar de la gestión mediática de las situaciones críticas a profundizar en la prevención de riesgos en sentido amplio. Abrazar, desde una perspectiva integrada y holística, la necesidad de aunar ámbitos a menudo separados como los mapas de riesgos, la preparación ante emergencias operativas o las derivadas públicas e internas de los issues.
El paralelismo de esta gran crisis con el origen de los problemas que habitualmente afrontan las organizaciones es claro. Del mismo modo en que los organismos supranacionales – en los que se viene denunciando la orfandad de liderazgos europeos – y los gobiernos, absortos en problemas urgentes y cotidianos, no han resuelto retos estructurales potenciando la prevención y la anticipación. Los miembros de los equipos directivos, enfocados en la consecución de sus respectivas prioridades de negocio, carecen en ocasiones del tiempo, de los procedimientos o de la sensibilidad para identificar riesgos que se generan en el entorno y atender a las preocupaciones latentes de los grupos de interés.
En ese contexto, los primeros ejecutivos se ven en ocasiones gestionando problemas en estado avanzado o agudo, donde el margen de maniobra para reducir el impacto es a menudo pequeño. La gestión de la reputación en momentos convulsos no es una cuestión sencilla. En un contexto en el que, como quedará claro tras la primavera de 2020, lo crítico pasa, cada vez más, de episódico a crónico, el foco en la prevención, el sentido estratégico y la disponibilidad de profesionales capaces de reaccionar en contextos inestables son los únicos antídotos para actuar con ciertas posibilidades de éxito.
Si, según Thomas Mann, “la guerra es la salida cobarde a los problemas de la paz”, el antídoto de la prevención se antoja la alternativa más valiente para evitar batallas que, como la del Covid – 19, preferiríamos no luchar.