La estrategia de una empresa como Disney para fidelizar al público adulto
2 de agosto de 2022 Por Marta Zaballos
Pam & Tommy, Cómo conocí a tu padre o Besos al aire son títulos que no encajan con la imagen nostálgica de Disney que la mayoría mantenemos de nuestra infancia. Ya no es solo que su plataforma de streaming Disney+ ofrezca películas y series heredadas al comprar otras franquicias, como Marvel, Star Wars o 20th Century Fox, sino que además dispone de contenido original pensado y creado específicamente para su público adulto.
De esta forma, Disney+ se asegura seguir creciendo y ya supera los 200 millones de suscriptores globales, mientras que Netflix, su competidor más fuerte, no consigue parar la fuga de usuarios (970.000 solo en el último trimestre). Aunque hay rumores de que ya está trabajando en su plan B, por lo que nos podemos preparar para una guerra de titanes por hacerse con el liderazgo del streaming.
Pero no todo ha sido un camino de rosas para Disney+ y su público adulto. Tener una marca tradicionalmente asociada a todos los públicos se complica a la hora de calificar títulos con contenido explícito como sexo, violencia o palabras malsonantes, que en muchas ocasiones son vetados por la propia audiencia de cada país.
Por ejemplo, como parte del catálogo adquirido al comprar 20th Century Fox, se subieron a la plataforma dos películas por error y tuvieron que ser retiradas días después. Se trata de Hot Shots! y Hot Shots 2, ambas protagonizadas por Charlie Sheen. Cabe esperar que el sistema de control parental pueda poner fin a estas polémicas, que también han salpicado a algunos títulos de Marvel, como Daredevil (serie creada originalmente para Netflix) o Deadpool.
La segmentación de la audiencia es solo una estrategia más de márketing que le ha funcionado a The Walt Disney Company desde su fundación en 1923. A pesar de que los niños son los principales consumidores de su marca, la compañía siempre ha tenido bien definido el perfil de cada cliente en sus diferentes canales. Por ejemplo, el lanzamiento de los remakes de populares películas como El Libro de la Selva, El Rey León, La Bella y la Bestia o Aladdín, buscaban utilizar la nostalgia para atraer al público joven, y no tan joven, que creció viendo esas películas en los años 90.
Esta estrategia de fidelización del público adulto no se limita a captar suscriptores para su plataforma de streaming o a llenar de jóvenes las salas de cine, sino que trasciende a sus parques de atracciones para captar al turismo y al consumidor adulto. Al final, ellos son quienes tienen el poder adquisitivo y representan un nicho de mercado más amplio. Y para ellos están pensados los nuevos parques como Galaxy Edge, centrado en el universo Star Wars que, lejos de los colores pastel y atracciones suaves para todos los públicos que se encuentran en Disneyland, cuenta con actividades para adultos y permite la venta de alcohol.
Los estudios y la lógica indican que los fans de más edad cuentan con un poder adquisitivo mayor que las parejas jóvenes con niños. Muestra de ello es que en los últimos años los parques han sumado atracciones, acciones y eventos pensados para estas nuevas demografías, como los padres con hijos adultos ya independizados y que generen afluencia fuera de las vacaciones escolares. Aunque, por supuesto, las familias siguen visitando los parques, más de la mitad de los turistas hoy en día son adultos que viajan sin niños, movidos por la nostalgia o, simplemente, por vivir una experiencia única.