El textil es tendencia, también regulatoria
8 de septiembre de 2022 Por Alejandro Manso
La Estrategia europea para la circularidad y sostenibilidad de los productos textiles será tendencia para la campaña SS 2023. Precisamente, un año después de que la Comisión Europea hiciese pública la Comunicación y la Propuesta de Reglamento (1 y 2) sobre los nuevos criterios de eco-diseño con los que pretende transformar uno de los sectores económicos con mayor impacto (positivo y negativo) del planeta.
El punto de partida (y destino) de la Comisión Europea era claro: todos los productos textiles colocados en el mercado de la UE deberán ser sostenibles y reciclables en 2030. Un mandato (un mantra casi ya) que suena a todos muy cercano por su aplicación en otros tantos sectores, en un período legislativo donde el Pacto Verde Europeo está en el corazón de todas las políticas comunitarias.
Entre otros, la Comisión busca con esta propuesta incorporar también al sector en el esquema de “quien contamina, paga”, con el objetivo de fomentar la proactividad a la hora de desarrollar modelos de responsabilidad ampliada y poner el foco así en una mayor transparencia sobre los residuos. En otras palabras: pasar de la actual forma lineal de diseñar, producir, utilizar y desechar a una plena circularidad. De acuerdo con la inteligencia obtenida a través de nuestra oficina en Bruselas, el Parlamento Europeo habría señalado en rojo la próxima primavera para pronunciarse sobre esta estrategia; fecha para la que entonces el Informe de la Ponencia (que se discutirá en la Comisión ENVI) debería estar ya aprobado. Todo apunta a que los trabajos de rapporting serán liderados por los socialistas y demócratas (S&D), posiblemente, a cargo de la joven eurodiputada alemana Delara Burkhardt; aunque no serán los únicos nombres clave: de parte del resto de grupos, los rapporteurs adjuntos serán la danesa Pernille Weiss por los populares europeos, el sueco Pär Holmgren por Los Verdes, y la asturiana Susana Solís en representación de los liberales de Renew.
Superado este trámite, quedaría plenamente desbloqueada la serie de actos legislativos que terminarían de desarrollar las bases recogidas tanto en la Estrategia de Circularidad Textil como en el ya para entonces nuevo Reglamento de Diseño Ecológico para Productos Sostenibles. Si bien no existe un calendario concreto para ello, sí existen diferentes hitos a alcanzar antes de las próximas elecciones europeas: entre otros, el reconocimiento de los sistemas de responsabilidad ampliada como parte de la revisión de la Directiva marco sobre residuos, prevista para 2023; o la puesta en marcha de un pasaporte digital para productos textiles y de un sistema de información para la divulgación del volumen de residuos por compañía, para 2024.
Hay, sin embargo, otro aspecto que, lejos de ser secundario, resulta especialmente interesante: la integración de la llamada “triple visión de la sostenibilidad” en el espíritu de la norma, por el que además de las derivadas ambiental y económica se busca poner énfasis también en el respeto a los “derechos sociales“. Un abanico de temas que incorporará al debate sobre la transformación del sector textil elementos end to end como la medición del impacto local o la vigilancia de los derechos humanos en las cadenas de valor.
El textil es tendencia, también regulatoria. No cabe duda. De hecho, el pasado mes de julio, KREAB y la Escola Superior de Disseny (ESDi) abrían un ciclo de conferencias en torno a los retos presentes y futuros del sector. Sobre estos, puedes consultar cuáles son a través del ‘paper’ The Other Trends en el siguiente enlace.