Smart Cities en España: la regulación se hace esperar
28 de enero de 2020 Por Xavier Cima
Ya en el año 2020, en España un autónomo sigue siendo esa persona que ha emprendido un negocio, no se pone nunca enferma, liquida el IVA de las facturas emitidas que todavía no ha cobrado y espera a la próxima subida de las bases de cotización de la Seguridad Social para ver lo que tendrá que tributar el próximo año.
En el mundo digital, un autónomo es cualquier autómata que puede reproducir las capacidades humanas respecto a su manejo y control y que, por ello, es capaz de operar sin la necesidad de ser guiado por nosotros. De entre todos los ejemplos driverless que existen, destacan el coche autónomo y los drones.
La llegada del 5G proporcionará a nuestras ciudades la posibilidad real de convertirse en Smart Cities, y tanto el vehículo autónomo como los drones van a jugar un papel muy importante en ello. Empresas como Tesla, Intel, Amazon o Ericsson llevan años trabajando en ello y se podría decir que la tecnología ya no va a ser un impedimento para ver a drones llevando paquetería comercial o vehículos no tripulados transportando pasajeros o mercaderías.
Además de beneficios claramente económicos, esta tecnología también va a aportar grandes beneficios sociales y medioambientales. Un ejemplo: Jacob Hollenberg, del Instituto Karolinska de Suecia, está desarrollando la posibilidad de emplear drones equipados con desfibrilador para las emergencias cardíacas y ha observado que el ahorro de tiempo de respuesta entre la ambulancia y el dron es de un 75%, es decir, el dron realiza en 5 minutos un trayecto que la ambulancia recorre en 20.
Así mismo, si las ciudades dispusieran de un sistema de transporte público interconectado con vehículos autónomos compartidos aumentaríamos el uso por coche disminuyendo así las emisiones contaminantes y mejorando el tráfico viario. Además de ahorrarle recursos naturales al planeta ya que actualmente nuestros vehículos privados se pasan el 95% de su vida aparcados.
En definitiva, ¿si la solución tecnológica ya existe a qué esperamos? A que llegue su regulación. Empieza a ser una tónica frecuente en nuestro país. Una vez me dijeron que en España no se regula nada hasta que no se encuentra el hecho imponible. Añado: en el ámbito digital, una vez encontrado, se regula tarde y mal. En Estados Unidos aprendí que llegar pronto es llegar a tiempo, llegar a tiempo es llegar tarde, y llegar tarde es inaceptable.
Publicado en Expansión Catalunya el 07/01/2020