Como si del filme del año se tratara, las elecciones catalanas nos presentan una escena llena de más incógnitas que certezas. Parece que las elecciones serán el próximo 14 de febrero, pero el Covid-19 las podría aplazar. Parece que el independentismo puede perder fuerza, pero nadie lo asegura. Parece que Esquerra será el partido más votado, pero quizás lo será Junts. El teaser no desvela detalles pero puede herir sensibilidades, quedan avisados.
La primera escena de la película se rueda en el Tribunal Supremo con la sentencia firme de inhabilitación del President de la Generalitat, Quim Torra. Ante la imperativa convocatoria electoral, los protagonistas de la película emprenden caminos separados, desvaneciendo las esperanzas de unidad real que reclaman los movimientos sociales separatistas. Independencia sí, dicen Esquerra y Junts, pero con matices.
Al frente estarán el republicano Pere Aragonés y la puigdemontista Laura Borrás. Sus retos, múltiples: hacer frente a la creciente desafección entre el independentismo, movilizar a sus votantes sin una hoja de ruta clara para romper con España y fortalecer unos partidos independentistas más debilitados y divididos que en la anterior cita electoral de 2017. Aunque el panorama no les favorece, parece indiscutible que Aragonés o Borrás se harán con la Presidencia de la Generalitat pasado el 14-F.
Los actores secundarios son vitales para el desarrollo de la historia. Según las encuestas, el Partido Socialista mejoraría resultados y el carismático Miquel Iceta se podría convertir en el jefe de la oposición en detrimento del líder de Ciudadanos, Carlos Carrizosa. En un tercer eslabón estarían PP, En Comú Podem, la CUP y Vox, que conseguirían entre seis y nueve escaños cada uno. Si no hay un giro de guion muy inesperado, el partido de Santi Abascal irrumpirá por primera vez en el Parlament.
Fuente: https://govern.cat/govern/docs/2020/11/20/10/09/e4175174-36df-4717-b996-3d399241d381.pdf
A juzgar por los datos que nos ofrecen las encuestas, habría dos grandes cambios respecto a los comicios electorales de 2017. Por un lado, la subida en intención de voto de Esquerra, que ganaría las próximas elecciones con más del 20% de los votos. Este incremento iría en detrimento de Junts, que sería segunda o tercera fuerza. Por otro, la clara tendencia a la baja del voto de Ciudadanos, que podría perder más de la mitad de los escaños. Saquen la entrada pronto, que el baile de votos promete ser todo un espectáculo.
Fuente: https://govern.cat/govern/docs/2020/11/20/10/09/e4175174-36df-4717-b996-3d399241d381.pdf
El desenlace de la película, como en todas las de suspense, es una incógnita. Eso sí, parece claro que el nuevo Govern emergerá uno de estos tres supuestos.
A día de hoy, la posibilidad que gana más enteros es la de que se inviertan las tornas del gobierno actual. Es decir, que Esquerra presida la Generalitat con el apoyo de Junts. El Govern seguiría siendo independentista, pero con matices importantes en la acción de gobierno. Pere Aragonés podría dejar de lado el simbolismo y centrarse en abordar reformas legislativas estructurales en Cataluña, así como promover de forma más explícita el diálogo con el gobierno español.
Otra posibilidad nada remota si Esquerra vuelve a desplomarse el día de las elecciones respecto a los pronósticos de las encuestas, como sucedió en 2017, es que se mantenga el statu quo, y que Laura Borrás se convierta en la primera presidenta de la Generalitat con el apoyo de Esquerra. Sin lugar a dudas, este Govern se parecería mucho al de Quim Torra, y promovería la confrontación con el Gobierno español, haciendo muy difícil acuerdos sustanciales entre Gobierno y Generalitat.
¿Hay alternativa a un gobierno netamente independentista? Desde luego. Desde hace unos meses sobrevuela la posibilidad de un tripartito entre Esquerra, PSC y En Comú Podem. Es probable que los tres partidos rocen la mayoría absoluta, por lo que sería Esquerra quien debería decidir si prefiere gobernar con Junts o con socialistas y comunes. Desde luego, no es lo mismo.
Quizás es cierto que la realidad supera la ficción. To be continued.