Asuntos Públicos

Desbloqueado el PERTE de la transición: una nueva «erha» para el marco de las energías limpias en España

15 de diciembre de 2021 Por Alejandro Manso

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Con la presentación oficial esta mañana del Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica de Energías Renovables, Hidrógeno Renovable y Almacenamiento (PERTE ERHA), se produce un punto de inflexión en el desarrollo de las energías limpias en España. No tanto en su contenido (en el que ya se ha venido trabajando en los últimos semestres tanto desde el sector privado como desde el Gobierno) como sí en su continente: una cota máxima de 16.300 millones de euros para movilizar las actividades previstas en los Componentes 7, 8, 9, 10 y 17 del PRTR, con una ratio en la inversión de 2:3 con mayor peso del sector privado.  

Los focos de las inversiones, que se prevén sean end to end, tienen el objetivo de reforzar la competitividad de la economía a través de la innovación en tecnologías maduras o en expansión, del desarrollo del hidrógeno verde, de la mejora de la capacidad de almacenamiento (ya sea ligado a instalaciones de consumo o generación como conectados directamente a red) o de la modernización de las infraestructuras. Las primeras convocatorias previstas para 2022 coincidirán con los tres ejes que componen este PERTE y estarán vinculadas especialmente al impulso de tecnologías en estadios inferiores de desarrollo, como son el hidrógeno renovable o el almacenamiento energético. Este último, por cierto, clave por el efecto tractor que supondrá no solo para la mejora de la flexibilidad global de nuestro sistema, sino por el propio estrés regulatorio que generará a la hora de dar encaje a todas las variables que arrastra consigo. 

En el mismo sentido, aunque vinculado al primer “sub-PERTE” de energías renovables, otra de las convocatorias que se abrirán en el próximo año será la apuesta por las comunidades energéticas –otro punto de inflexión en sí mismo– que dará paso a una evolución del sistema de generación hacia un modelo distribuido capaz de incrementar, entre otros, la soberanía energética y la descarbonización de nuestros entornos. Este primer sub-PERTE de energías renovables es, si cabe, el que tendrá un impacto más transversal de los tres que componen el ERHA, por su efecto tractor –también– sobre la regulación (la transformación de los usos del suelo, la adecuación para la solar térmica en las cubiertas, el rol de los agregadores o la naturaleza de las propias comunidades energéticas, la medición del impacto ambiental y territorial de los parques de generación renovable -en la línea de la reciente modificación vinculada a los concursos de capacidad-, etc.) pero, sobre todo, porque ofrecerá una oportunidad a las organizaciones para trabajar y consolidar un rol propio en el marco de la transición energética. 

Un rol propio que pasará por la gestión de los activos intangibles de las compañías, pero cuyo efecto inmediato tendrá una medición cuantificable muy clara: no en vano, el segundo de los objetivos que se persigue con la aprobación de este PERTE es situar a nuestra economía (y, por ende, a sus empresas) entre las más atractivas del mundo para invertir en transición energética. De entrada, el punto de partida no es malo: según Climatescope, índice que publica anualmente BloombergNEF, España forma ya parte del TOP 5 global. 

Todo ello, sin olvidar que lo anterior debe acompasarse al ritmo de la actividad regulatoria propia que impondrá el Fit for 55 Package en los próximos meses y que será un reto para todos los actores que tienen un rol más activo en el marco de la transición. Esto implica, por descontado, no solo a las organizaciones sino también a los legisladores y al propio regulador y, junto a ellos, a cómo impactarán las decisiones que se tomen y su efecto en la relación de las empresas con la sociedad civil. No en balde, entre los Componentes citados al inicio, otra parte representativa de las inversiones se verá ligada al desarrollo efectivo de una Estrategia de Transición Justa.  

Las transformaciones son procesos que culminan en un cambio, pero los cambios no permanecen si no cuentan con un respaldo generalizado entre quienes deben implementarlos en su día a día. Ahí está el reto. Se vienen años frenéticos en el seno de las instituciones. 

Puedes acceder al documento completo de la estrategia aquí 

Alejandro Manso

Associate Director

Public Affairs

Por Alejandro Manso

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